Al norte de las dos basílicas había un baptisterio de planta poligonal con una pila bautismal y una sala para catequesis con piso de mosaicos (el catachumeneum). La entrada a la iglesia estaba adornada con preciosos y muy valioso capiteles de origen oriental que datan del siglo VI, que hoy se encuentran en el Museo arqueológico de Split. En el mosaico del catachumeneum estaban representados dos ciervos bebiendo de un cántaro y sobre ellos la inscripción “Sicut cervus desiderat ad fontes aquarum ita desiderat anima mea ad te Deus” (“Así como el ciervo desea la fuente de agua, ¡así mi alma te desea a ti, Dios!”). En esa sala se instruía a los catecúmenos sobre su nueva religión y se los preparaba para la ceremonia del bautismo, después de la cual recibían la señal de la confirmación y como verdaderos miembros de la comunidad cristiana podían entrar a la iglesia. En el baptisterio, de planta octogonal irregular, había una pila bautismal cruciforme que hoy está reconstruida en ladrillo.
La residencia episcopal, al Noreste, constaba de una treintena de piezas (cuyos cimientos aún se conservan) y un sistema de fontanería con un depósito de agua (castellum aquae). Algunas de las piezas tenían una función comercial, mientras que Dyggve le adjudicó a algunos espacios la función de jardines internos.
Al oriente de este centro religioso, el más importante de la ciudad, se encontraba la ya mencionada calle y, más allá, las termas – los baños públicos de la ciudad.